viernes, octubre 31, 2008
Anónimo
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Cuando se quiere, se puede, reza un viejo dicho de la sabiduría popular, y este obrero haitiano lo confirma. Cientos o miles de dominicanos y haitianos mendigan por las calles de Santo Domingo y de otras ciudades, sin limitaciones físicas que les impidan trabajar. Este hombre, en cambio, gana el pan con el sudor de su frente a pesar de haber perdido su brazo derecho. Trabaja en el reacondicionamiento de la avenida España, en Santo Domingo Este. Ya antes lo había hecho en la avenida Luperón. El Nacional/Mario Terrero |
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