Laura N. Pérez Sánchez / Prensa Asociada
Una potente explosión en al menos 11 tanques de la petrolera Gulf en Cataño provocó una onda expansiva que se sintió por gran parte de la zona metropolitana de San Juan y que ocasionó heridas leves a personas que transitaban por la zona.
La primera gran explosión, que sucedió a eso de las 12:20 de la noche, causó un leve temblor. Unas tres horas después, se registró una segunda deflagración que avivó aún más el fuego que se divisaba a millas de distancia de la sede de la Caribbean Petroleum Corp. de la compañía Gulf en una zona industrial.
Prensa Asociada observó a dos conductores que necesitaron asistencia del personal de emergencias médicas luego que los vehículos que conducían cerca de la cárcel federal de Guaynabo, a varias millas del lugar de la explosión, sufrieran daños por la onda expansiva.
Alfredo Nevares, el conductor de un camión al que se le destrozó el cristal delantero, sufrió pequeños cortes en el rostro y una subida de tensión, dijo su hijo Luis, quien acudió al lugar para conducir el camión de su padre herido.
"Eso allá dentro es una bomba de tiempo", dijo a la AP el agente Juan del Río, quien reconoció que existe la posibilidad de que ocurran más explosiones.
El superintendente de la Policía, José Figueroa Sancha, confirmó que 11 de los más de 30 tanques de la instalación explotaron, según lo observado por los agentes que sobrevolaron el área en un helicóptero de la uniformada.
El funcionario estimó que extinguir el fuego podría tomar "varios días".
El director ejecutivo del Centro Médico, el doctor Ernesto Torres, dijo que no se habían recibido llamadas al servicio 9-1-1 relacionadas con este incidente.
"Nadie, nadie, nadie, ha activado una llamada al 9-1-1. Eso pueden ser malas noticias", dijo Torres.
Sin embargo, la inspectora Brenda Rodríguez, del Cuerpo de Bomberos, dijo que el gerente de planta que se encontraba en la instalación al momento de la explosión informó que todos los empleados que laboraban a esa hora se encontraban en buen estado.
La explosión destrozó el metal del que están hechos los tanques y la zona aledaña a la instalación petrolera, cubierta normalmente por una espesa vegetación, lucía desolada.
Las comunidades Cucharillas y Puente Blanco de Cataño, ubicadas en la zona hacia la que soplaba el viento que arrastraba un denso humo negro, fueron desalojadas por las autoridades. También se desalojó el albergue de testigos del Departamento de Justicia, en donde había unas 80 personas alojadas, indicó el secretario de Justicia, Antonio Sagardía.
La inspectora Rodríguez dijo que, más que extinguir el fuego, las decenas de unidades de bomberos que llegaron hasta la escena intentarán evitar nuevas explosiones enfriando los tanques que no se vieron afectados.
Como medida preventiva, se ordenó el desalojo de todos las decenas de camiones cisterna que transportan combustible que se encontraban en las instalaciones.
Rodríguez precisó que, hasta el momento, se creía que los tanques incendiados contenían gasolina, un combustible de más rápida combustión que el petróleo.
"Esto es contener. Esto es evitar que se siga propagando", dijo Rodríguez.
Figueroa Sancha aseguró que ni la Autoridad de Puertos ni la Agencia Federal de Aviación (FAA, en inglés) informaron de alguna emergencia aérea que pudiera estar relacionado con la explosión.
"Nos comunicamos con la Autoridad de Puertos y con la FAA, y no tenemos ningún indicio de eso", dijo Figueroa Sancha en una improvisada conferencia de prensa.
El funcionario señaló que agentes del Negociado Federal de Investigaciones (FBI) llegaron hasta la petrolera para unirse a la investigación.
A la 1:40 de la madrugada del viernes, los primeros cuatro camiones de bomberos lograron entrar al lugar del incendio.
El gobernador Luis Fortuño indicó que la Guardia Nacional estaba en alerta por si fuera necesaria utilizar algún equipo de ese cuerpo castrense para manejar la emergencia.
Reiteró el llamado a los ciudadanos a evitar transitar por las vías cercanas a la petrolera, ubicada en una zona industrial de Cataño.
"Esto va a tomar muchas horas, va a afectar el flujo de tránsito de por la mañana", añadió el ejecutivo.
El Sargento José Torres dijo a Prensa Asociada que debido a lo reciente de la explosión ocurrida alrededor de las 12:30 de la madrugada del viernes, aún se desconocía su alcance o qué tipo de daños había provocado.
A eso de la 1:00 de la mañana, la zona que circunda la cárcel federal en Guaynabo, cercana a la Gulf, estaba repleta de ambulancias y vehículos policiacos, que intentaban abrir el paso a los múltiples camiones de bomberos que se acercaban al lugar.
Aunque en el Centro Médico siguieron un protocolo de emergencia y prepararon dos carpas en el vestíbulo de la sala de emergencia para atender posibles heridos contaminados con gasolina, cuatro horas después de la explosión ninguna persona había sido trasladada hasta allí por lesiones relacionadas con la deflagración.
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