Los locutores de Radio Comercial cogían fiao en un colmado ubicado a escasos metros de la otrora poderosa estación. Eso aconteció en los setenta cuando don José Brea Peña estableció un acuerdo de palabra con el dueño del negocio, mediante el cual el radiodifusor asumía la responsabilidad del pago de los "fiaos" de sus locutores. Diariamente acudían a la bodega los locutores de Comercial, a botar el golpe tomando cerveza o ron. Al marcharse cargaban con fundas de salami, queso, arroz, habichuelas y otros alimentos cuyo valor debían honrar los 15 30, o de lo contrario, Brea Peña, hombre recto, se los descontaba en la siguiente quincena
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