AGENCIAS/EL PAÍS.com - Madrid
Dos bomberos han fallecido esta madrugada en el incendio que ha devastado 14.000 hectáreas y que amenaza ya a más de 12.000 viviendas en California. El fuego, declarado el pasado miércoles en unas montañas al norte de la ciudad de Los Ángeles, ha obligado a avacuar a al menos 4.000 personas. Las víctimas pertenecían al equipo de Bomberos de Los Angeles y habían estado trabajando en el Bosque Nacional Angeles (ANF por sus siglas en inglés) cuando su vehículo se desplomó por un barranco.
"Esto está muy feo", ha declarado un portavoz del servicio forestal estadounidense al diario The New York Times. "Todavía hay mucho para arder". El fuego, que se inició en La Cañada Flintridge, una zona residencial del condado de Los Ángeles, se ha visto favorecido por las altas temperaturas, que alcanzan los 37 grados centígrados. El frente principal ocupa unos 30 kilómetros de este a oeste, y se ha extendido en todas las direcciones, según las autoridades estadounidenses. Alrededor de 2.000 bomberos trabajan en las tareas de extinción. El departamento de Sanidad del condado ha emitido una alerta por el humo, y recomienda que no se realicen actividades al aire libre porque la calidad del aire está deteriorada.
No se espera que se produzca en las próximas horas un cambio en las condiciones meteorológicas aunque, afortunadamente para las comunidades afectadas, el viento se mantiene débil. Los diferentes focos del incendio han dejado, de momento, cuatro heridos. El sábado, tres personas que sufrieron quemaduras fueron evacuadas del bosque, y el viernes un bombero tuvo que ser atendido por inhalación de humo.
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