Los habitantes de Ciudad de México tendrán que pagar multas de hasta US$1.000 por lavar el automóvil con manguera o regar jardines durante el día, informó el gobierno del Distrito Federal (DF).
Las multas serán aplicadas a partir de finales de septiembre por un grupo de vigilancia que recorrerá las calles con motocicleta para identificar a los derrochadores de agua.Los vigilantes tomarán fotografías y grabarán videos de los vecinos que incurran en la falta, quienes recibirán una notificación por su conducta.
“Lo que buscamos es cambiar los hábitos de consumo para evitar una crisis hídrica el próximo año”, le dijo a BBC Mundo Ramón Aguirre, director del Sistema de Agua de la Ciudad de México.
Así las cosas, el riego de jardines sólo estará permitido en las noches y los automovilistas deberán lavar sus coches con cubetas.
“Hay zonas muy importantes de la ciudad que se puede quedar sin agua producto de la sequía, afectando a cientos de miles de personas” señaló Aguirre.
Escasez de agua
La Ciudad de México, donde viven alrededor de 9 millones de personas, ha dejado de recibir 300 millones de litros de agua al día en comparación con el año anterior.
Esta situación ha significado que la mitad de la población, unos 4 millones y medio de personas, se han visto afectados por caídas en la disminución del suministro y cortes parciales.
Lo que buscamos es cambiar los hábitos de consumo para evitar una crisis hídrica el próximo año
Ramón Aguirre, director del Sistema de Agua de la Ciudad de México
Por eso las autoridades están impulsando una campaña de disminución del consumo, sustitución de tuberías y reparación de fugas (filtraciones).
En total, tienen planeada una inversión de US$60 millones en manutención de la red de agua, cambios en la distribución del suministro para que la escasez no sólo afecte a un grupo de colonias y aumento en la participación de empresas privadas en la reparación de fugas y control de tomas clandestinas.
Vivir sin agua
Una de las zonas afectadas por la falta de agua es la Colonia Romero Rubio, en el este del Distrito Federal.
“No se corta el agua, pero la presión baja muchísimo. A veces sale un chorrito que no alcanza ni para bañarse, ni para lavar los platos”, comenta un vecino.
Algunos de los habitantes de la colonia guardan el recurso hídrico en cisternas o en cubetas para cubrir sus necesidades.
Otros compran platos desechables para no tener que lavar la vajilla o utilizan la regadera (ducha) con menos frecuencia.
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