martes, 29 de septiembre de 2009

Se elevan a 240 los muertos en Filipinas

La gente se prepara para un nuevo temporal

La cifra de fallecidos podría aumentar -EFE-
MANILA.- Las autoridades de Filipinas aumentaron hoy a 240 la cifra de muertos al paso de la tormenta tropical "Ketsana", mientras el norte de Luzón se prepara para un nuevo temporal y arrecian las críticas al Gobierno por su lenta respuesta a la tragedia.

El Centro Nacional de Coordinación de Desastres añadió cien fallecidos a la lista oficial tras identificar más de noventa cadáveres hallados en la capital, donde los equipos de rescate siguen sacando cuerpos sin vida de los lodazales.

Otras 37 víctimas continúan desaparecidas y 1,8 millones de residentes de Manila y otras 25 provincias de la isla de Luzón se han visto afectados por las inundaciones, riadas y corrimientos de tierras, según el ministro de Defensa, Gilberto Teodoro.

En las últimas horas, unos 80.000 damnificados han podido regresar a sus hogares, pero casi 375.000 evacuados que perdieron sus casas continúan en los centros de refugiados que se han habilitado, uno de ellos en el recinto del palacio presidencial de Malacañang.

Las perdidas económicos se calculan por ahora en 110 millones de pesos (2,3 millones de dólares ó 1,6 millones de euros), y la mayor parte de esa cuantía corresponde a infraestructuras y viviendas dañadas por la tromba de agua.

En todas las áreas donde rige el estado de catástrofe declarado el sábado, se han suspendido las clases en las escuelas y han sido transformadas en improvisados albergues para los damnificados.

Entretanto, en la isla de Luzón las autoridades se preparan para responder a los eventuales daños que puede causar el nuevo temporal que se aproxima desde el Océano Pacífico.

El Servicio de Meteorología advirtió de que un sistema de baja presión ya se ha convertido en tormenta y puede transformarse en tifón antes de tocar tierra en los próximos dos días, aunque no descartan que se desvié a Taiwán en vez de alcanzar el norte del archipiélago filipino.

El Gobierno de Manila ha ordenado estos preparativos y dado la alerta cuando un amplio sector político y de la ciudadanía califica de lenta e inapropiada la respuesta oficial al desastre, y elogia a los grupos de voluntarios y a gente de a pie, que por iniciativa propia, distribuyen agua potable, comida, ropa, y medicinas, con mayor éxito que las autoridades y los militares.

La presidenta, Gloria Macapagal Arroyo, que ha abierto las puertas de Filipinas a la ayuda internacional, agradeció el envió a Luzón de soldados estadounidenses desplegados al sur del país, para participar en las tareas de asistencia a los damnificados.

Por su parte, la guerrilla comunista del Nuevo Ejército del Pueblo también anunció una tregua en Luzón, para permitir que sus combatientes distribuyan asistencia a las zonas afectadas.

Arroyo se defendió de las críticas con el argumento de que la tormenta ha sido "un evento extremo que sucede una vez en la vida (...) y que ha sobrepasado nuestros recursos", y anunció que ella y los miembros de su gabinete donarán el salario de sus próximos dos meses a las víctimas de la tormenta.

En menos de doce horas, "Ketsana" arrojó sobre Luzón una cantidad de lluvia muy superior a la media mensual en esta época del año, batió el anterior récord de 1967 e inundó el 80 por ciento de la capital.

Cuatro días después del tremendo aguacero, las imágenes de televisión siguen mostrando a ciudadanos esperando en los techos de sus casas o improvisadas balsas a que les llegue la ayuda en medio de un inmenso pantanal de coches abandonados o sumergidos y atascos kilométricos a las afueras de Manila.

"Ketsana", de nombre local "Ondoy", llegó a Filipinas la madrugada del sábado con vientos con una fuerza superior a cien kilómetros por hora y ayer abandonó el archipiélago con dirección al sur de China.

A Vietnam, cuyas autoridades han evacuado a unas 170.000 personas como medida de prevención, está previsto que llegue convertido ya en tifón.


De EFE