sábado, 23 de agosto de 2008

Fiesta de Anthony Santos en La Terminal concluye a tiros y a correr to´ el mundo

El entorno del lugar por la Avenida España era un verdadero tapón desde pasadas las ocho de la noche, debido a la movilidad de vehículos que generó en la zona la presentación Es una lástima que una fiesta tan concurrida como la de este sábado en La Terminal fuera desbaratada a tiros limpios por gente indeseable, enemiga de la convivencia y de la paz social.Anthony Santos volvió a hacer historia al reunir en un local a más de 2,500 personas que pagaron la más cara taquilla que artista alguno de su género ha provocado en sus presentaciones.El entorno de La Terminal por la Avenida España era un verdadero tapón desde pasadas las ocho de la noche, debido a la movilidad de vehículos que generó en la zona la presentación de Santos, con gente subida en los techos de autobuses, camionetas, así como en las azoteas de los edificios circundantes para ver o escuchar de lejos las canciones de ese fenómeno de popularidad. ElGobiernoMusical.com; continuar leyendo... La presentación de Anthony se inició pasada la 1:30 de la madrugada del domingo debido a un sinnumero de inconvenientes que se presentaron, como fue el hecho de que el fallo del servicio de energía eléctrica y la entrada en operaciones de una planta de emergencia sin la capacidad adecuada, impedían el uso de los potentes equipos de amplificación del cantante.Ello y las dificultades de acceso que había en la zona debido al cúmulo de gente, provocaron el inicio retrasado de la atuación de Santos.Con Anthony ya en el escenario hubo que esperar a que un cambio de planta de emergencia se produjera para poder inciar la actuación del artista, que esperó en tarima la solución del inconveniente.Hubo protestas del público con gente que se desesperaba por la tardanza, pero cuando el problema se corrigió y Anthony apareció en escena, se olvidaron los resabios y todo fue alegría.El artista prometió que se quedaría en el escenario hasta la salida del sol y la gente se olvidó del percance y recibió con agrado el arsenal de bachatas y merengue que de inmediato se le comenzó a ofrecer.Pero, en el momento en que la gente más gozosa estaba sonaron algunos disparados y luego otros, que provocaron que la multitud se dispersara, llevándose hasta las sillas del lugar, sin que la policía y los guardias de seguridad pudieran hacer nada.