Luego que la compañía Tepco decidiera arrojar al mar, en un proceso gradual, más de 11 mil toneladas de agua radiactiva procedente de Fukushima, hoy los operarios trabajan en el retiro y control del líquido, mientras buscan mecanismos para que no se extienda por el Pacífico más allá de lo calculado.
La empresa ya tiene previsto contar con una especie de isla flotante con tanques, llamada "megafloat", a fin de recoger con ella hasta diez millones de litros de agua contaminada. El objetivo es limitar los niveles de radiactividad en el mar.
Megafloat será remolcado hasta un astillero en Tokio, para después, ser adaptado a las necesidades de la dañanda planta nuclear. Se espara que llegue la prefectura de Fukushima después del 16 de abril. Mide 136 metros de largo y 46 de ancho. Hasta ahora el era empleado en el puerto de la ciudad de Shimizu, en la provincia de Shizuoka, como isla flotante para pescadores.
Los operarios esperaban hoy también ayuda de barcos especiales de la Marina estadounidense, así como tanques provisionales. Además se está considerando utilizar una especie de valla que se colocaría en el mar junto a Fukushima I para evitar que más agua contaminada se extienda por el Pacífico.
Tepco informó que hasta el momento ha vertido al Pacífico unas 3.430 toneladas de agua contaminada con radiactividad, de un volumen total previsto de 11.500 toneladas. Con esta medida, Tepco intenta crear espacio para almacenar en tanques agua con niveles de radiactividad aún más altos.
Las autoridades calculan que ya se han acumulado en el sótano de la central y en canales subterráneos 60.000 toneladas de agua radiactiva, cuya presencia obstaculiza la labor de los técnicos para estabilizar la planta, gravemente dañada por el terremoto y posterior tsunami del 11 de marzo.
Además se detectó en el agua de mar próxima al agrietado foso de hormigón del reactor 2 una cantidad de yodo radiactivo 7,5 millones de veces superior al límite legal.
En Japón, el límite legal de la presencia de yodo 131 en el agua de mar es de 0,04 becquereles por centímetro cúbico. Tepco detectó ya el pasado sábado que a través de una enorme grieta en el hormigón del foso del reactor se está filtrando directamente al mar agua radiactiva.
Pese a todo, el portavoz del gobierno nipón, Yukio Enano, volvió a defender hoy el vertido de agua radiactiva al Pacífico, iniciado el lunes, con el argumento de que esta medida es necesaria para evitar el derrame al mar de agua aún más contaminada con radiactividad.
INDEMNIZACIONES
Entre tanto, la agencia Kyodo informó que Tepco comenzará probablemente a finales de este mes a pagar indemnizaciones por daños y perjuicios a los habitantes de la zona en torno a la destruida central.
Junto al gobierno fijarán el monto de la indemnización. La empresa compensará en una primera fase los gastos médicos y la pérdida de ingresos originados por la contaminación radiactiva.
En vista de que la crisis nuclear aún puede tardar mucho en superarse, se trata de indemnizaciones provisionales. Se calcula que unos 80.000 habitantes de la zona aledaña a la central tuvieron que ponerse a salvo ante el peligro de la radiactividad.
La empresa ya tiene previsto contar con una especie de isla flotante con tanques, llamada "megafloat", a fin de recoger con ella hasta diez millones de litros de agua contaminada. El objetivo es limitar los niveles de radiactividad en el mar.
Megafloat será remolcado hasta un astillero en Tokio, para después, ser adaptado a las necesidades de la dañanda planta nuclear. Se espara que llegue la prefectura de Fukushima después del 16 de abril. Mide 136 metros de largo y 46 de ancho. Hasta ahora el era empleado en el puerto de la ciudad de Shimizu, en la provincia de Shizuoka, como isla flotante para pescadores.
Los operarios esperaban hoy también ayuda de barcos especiales de la Marina estadounidense, así como tanques provisionales. Además se está considerando utilizar una especie de valla que se colocaría en el mar junto a Fukushima I para evitar que más agua contaminada se extienda por el Pacífico.
Tepco informó que hasta el momento ha vertido al Pacífico unas 3.430 toneladas de agua contaminada con radiactividad, de un volumen total previsto de 11.500 toneladas. Con esta medida, Tepco intenta crear espacio para almacenar en tanques agua con niveles de radiactividad aún más altos.
Las autoridades calculan que ya se han acumulado en el sótano de la central y en canales subterráneos 60.000 toneladas de agua radiactiva, cuya presencia obstaculiza la labor de los técnicos para estabilizar la planta, gravemente dañada por el terremoto y posterior tsunami del 11 de marzo.
Además se detectó en el agua de mar próxima al agrietado foso de hormigón del reactor 2 una cantidad de yodo radiactivo 7,5 millones de veces superior al límite legal.
En Japón, el límite legal de la presencia de yodo 131 en el agua de mar es de 0,04 becquereles por centímetro cúbico. Tepco detectó ya el pasado sábado que a través de una enorme grieta en el hormigón del foso del reactor se está filtrando directamente al mar agua radiactiva.
Pese a todo, el portavoz del gobierno nipón, Yukio Enano, volvió a defender hoy el vertido de agua radiactiva al Pacífico, iniciado el lunes, con el argumento de que esta medida es necesaria para evitar el derrame al mar de agua aún más contaminada con radiactividad.
INDEMNIZACIONES
Entre tanto, la agencia Kyodo informó que Tepco comenzará probablemente a finales de este mes a pagar indemnizaciones por daños y perjuicios a los habitantes de la zona en torno a la destruida central.
Junto al gobierno fijarán el monto de la indemnización. La empresa compensará en una primera fase los gastos médicos y la pérdida de ingresos originados por la contaminación radiactiva.
En vista de que la crisis nuclear aún puede tardar mucho en superarse, se trata de indemnizaciones provisionales. Se calcula que unos 80.000 habitantes de la zona aledaña a la central tuvieron que ponerse a salvo ante el peligro de la radiactividad.
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