El otoño es un andante melancólico y gracioso que prepara admirablemente el solemne adagio del invierno. George Sand, escritora francesa.
Las cuatro estaciones, de Vivaldi, y en especial la del Otoño, con su explosión de júbilo, flores, formas y color, parecen ser el dínamo que acciona e impulsa la inspiración fecunda del maestro Cándido Bidó, quien nos muestra en su acreditada Cándido Bidó Galería de Arte, su última producción plástica bajo el sugerente título: “Noche de otoño”, la que se traduce en una sinfonía para los ojos y en una expresión gratificante que alimenta el sentimiento y el fluir de las emociones más diversas, a las que nos tiene acostumbrados el genial creador de Bonao, para el mundo.
Así como el Salón de Otoño, sala de exposiciones parisina inaugurada en 1903, fue y es el centro impulsador de grandes artistas como Gauguin y Cezanné, el tema otoñal se convierte en leit motiv en el discurrir de los últimos compromisos visuales del maestro Bidó, que utiliza este simbólico epígrafe para acoger la esencia de la mágica estación que invoca a los cantos y danzas de la recolección de las cosechas, de la evocación de la melancolía, de los días y noches de cronometría idéntica, de las hojas caídas que forman alfombras multicolores, de la alegría de vivir y del rescate de las formas puras de la naturaleza, súmum que nos devuelve el artista en emotivas composiciones.
Con los elementos antes descritos y su nítida y brillante factura, Bidó nos involucra en su alegre y magistral poética visual.
LISTIN DIAIRO
Las cuatro estaciones, de Vivaldi, y en especial la del Otoño, con su explosión de júbilo, flores, formas y color, parecen ser el dínamo que acciona e impulsa la inspiración fecunda del maestro Cándido Bidó, quien nos muestra en su acreditada Cándido Bidó Galería de Arte, su última producción plástica bajo el sugerente título: “Noche de otoño”, la que se traduce en una sinfonía para los ojos y en una expresión gratificante que alimenta el sentimiento y el fluir de las emociones más diversas, a las que nos tiene acostumbrados el genial creador de Bonao, para el mundo.
Así como el Salón de Otoño, sala de exposiciones parisina inaugurada en 1903, fue y es el centro impulsador de grandes artistas como Gauguin y Cezanné, el tema otoñal se convierte en leit motiv en el discurrir de los últimos compromisos visuales del maestro Bidó, que utiliza este simbólico epígrafe para acoger la esencia de la mágica estación que invoca a los cantos y danzas de la recolección de las cosechas, de la evocación de la melancolía, de los días y noches de cronometría idéntica, de las hojas caídas que forman alfombras multicolores, de la alegría de vivir y del rescate de las formas puras de la naturaleza, súmum que nos devuelve el artista en emotivas composiciones.
Con los elementos antes descritos y su nítida y brillante factura, Bidó nos involucra en su alegre y magistral poética visual.
LISTIN DIAIRO
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